Es bien sabido que las mujeres juegan un papel importante en la gestión del agua, no obstante el camino que han tenido que recorrer para ser actoras claves en sus comunidades, ha conllevado una serie de desigualdades y ejercicios de poder sobre sus decisiones.
“Pero no sólo en eso nos desvaloran, sino también en el trabajo de las mujeres en el hogar, porque somos quienes preparamos los alimentos, garantizamos el agua y nos aseguramos que cada día haya algo de comer en la mesa, sin hablar del trabajo en el patio y de cuando sale a vender que verduras, tortillas, comida y plantas, esto tampoco tiene ningún valor en esta sociedad”, agrega Mariana Mora presidente del CAPS San Ramón No 1 del municipio de Villanueva, cuando se reflexiona sobre los Principios Universales y Nacionales de la Gestión Integrada del Recurso Hídrico del quinto taller de 6 módulos contemplado en el proyecto Tecnología para la Gestión Sostenible del Recurso Hídrico.
Un punto vista crítico
“Es que hay un pensamiento machista muy arraigado sobre las mujeres”, analiza Sayira Salas lovo, quien se ha dedicado a defender los derechos de las mujeres, su respeto y reconocimiento en el aporte al desarrollo de nuestra sociedad y aclara: “Tres palabras están relacionadas con esta desvaloración y desigualdad: Pertenencia, posesión y propiedad para con las mujeres, tal como que fuéramos una cosa o un terreno. Los roles de las mujeres y los hombres en esta sociedad, funcionan como perfecto engranaje que llevan a las mujeres a ser objeto de un fino mecanismo de control y poder. Además de que requiere que las mujeres posean capacidad de sufrimiento y sacrificio”.
En la consulta hecha a grupos focales de mujeres organizadas en los CAPS del municipio de Telica, realizada por el Servicio de Información Mesoamericano sobre Agricultura Sostenible (SIMAS) en el 2017, encontró varios paradigmas negativos. Estos grupos focales coincidieron que en sus comunidades consideran que muchas mujeres al casarse o salir embarazadas, no continúan con estudios y dedican su tiempo a cuidar de su familia.
El grupo focal de Telica comparte sobre el siguiente caso:
- Mire. A mi mama, mi hermana mayor le pidió apoyo para salir a estudiar y le respondió: - “¿Para qué? En eso oyó mi papá y la remató diciéndole - “¿Para mantener al hombre?
“Pienso que es egoísmo. Nosotras somos las primeras en discriminarnos a nosotras mismas. Y en muchos casos, la costumbre puede más que la razón.”
Las relaciones de género son un eje de organización social y desde hace décadas las desigualdades han sido expresamente reconocidas como un problema de injusticia social, acrecentando la brecha de visibilizar a la mujer en la gestión del agua.
Muestras de cambio
No obstante, es cada vez es más frecuente encontrar ciertas muestras de cambio que contribuyen a la construcción de igualdad en las comunidades, tal es el caso de Emilia Casco Andino tesorera del CAPS Santa Anita del municipio de Villanueva quien ha formado parte de los 5 módulos de capacitación para fortalecimiento de las Juntas Directivas de los Comités y se observa es una gran defensora de los derechos de la mujer en las comunidades.
El agua es quizá el primer recurso que plantea la importancia de involucrar activamente a las mujeres. El nexo entre mujeres y agua es indiscutible y preponderante, sobre todo en espacios rurales donde ellas prácticamente proporcionan toda el agua que se ocupa en los hogares, también inciden en su conservación y son responsables casi en su totalidad de la producción agrícola de autoconsumo, fundamental para la soberanía alimentaria del país.
“El simple acceso a estos servicios no es suficiente. Si el agua no está limpia, no es segura para beber o está lejos, y si el acceso a las letrinas o retretes no es seguro o está limitado, entonces no estamos cumpliendo con nuestra misión en favor de los niños y niñas del mundo”, indica Kelly Ann Naylor, Directora Asociada de Agua, Saneamiento e Higiene en el informe de UNICEF sobre, Progresos en materia de agua potable, saneamiento e higiene: Atención especial a las desigualdades, 2000-2017.
“Los niños y sus familias de las comunidades pobres y rurales son los que corren mayor peligro de quedarse atrás. Los gobiernos deben invertir en sus comunidades si queremos superar estas divisiones económicas y geográficas y hacer realidad este derecho humano esencial” expresa Naylor.
De acuerdo con la doctora Maria Neira, Directora del Departamento de Salud Pública y Determinantes Ambientales y Sociales de la Salud de la Organización Mundial de la Salud, OMS, refiere que “Invertir en agua, saneamiento e higiene es rentable y bueno para la sociedad de muchas maneras y es la base esencial de una buena salud”.
Es por ello que desde la perspectiva de los derechos humanos, todos tenemos derecho a agua suficiente, limpia y accesible, incluyendo reconocer la importancia de la responsabilidad y opinión de las mujeres y generar las condiciones que permitan integrarlas en la toma de decisiones.