“Servir es mi pasión, porque se da lo que se tiene y no lo que te sobra”
Ligia López • Petrona Maritza Chavarría, en camino a su hogar en el Sector La Esperanza

Maritza, como prefiere ser llamada, es una mujer que ha dedicado toda su vida a servir en la comunidad, descrita por sus allegados como honesta, responsable, cariñosa, solidaria y una líder nata. A sus 49 años de edad, ha logrado tanto para el desarrollo rural de su entorno y la inclusión de la mujer en la toma de decisiones dentro de todas las actividades comunitarias.

Maritza Chavarría, Presidenta del CAPS La Esperanza, Comunidad Las Grecias, Chinandega

Presidenta del Comité de Agua Potable y Saneamiento de su comunidad, Coordinadora del Patronato estudiantil de su escuela rural, lectora asignada del pluviómetro en su comunidad, Tesorera de la Cooperativa Mujeres Ejemplares, consejera de apoyo a jóvenes y mujeres que han sufrido violencia de Género, Líder Comunitaria, Madre de 5 hijas e hijos, son tan solo algunas de las razones por las que Petrona Maritza Chavarría Sánchez, es uno de los pilares en la comunidad de La Grecia, sector La Esperanza.

Una mujer enfocada en aprender todo nuevo conocimiento mediante métodos empíricos, puesto que por la situación económica de su hogar logró llegar hasta noveno grado de secundaria, y quien continúa alcanzando lo que se propone, donde todo lo que pone en práctica la ha llevado a ser quién implementa todos los proyectos de la comunidad. En la actualidad está trabajando con capacitaciones a la niñez sobre medidas de adaptación al cambio climático, mediante la construcción de huertos familiares en algunos hogares de La Esperanza. Además de formarse en la organización y administración de las Juntas Directivas de los CAPS asistiendo a las capacitaciones del proyecto Tecnología para la Gestión Sostenible del Recurso Hídrico.

Maritza con la Tablet, entregada por el proyecto, realizando llamadas a la Junta Directiva

Empoderamiento de la mujer

“Yo quiero que la mujer vaya al frente, demostrar que podemos hacer todo, y así los hombres se van a motivar y darnos el respeto que merecemos”, comenta Maritza quien ha logrado perseverar en sus decisiones y sueños como ser humano y mujer. “Yo les digo a las mujeres que tenemos que empoderarnos en nuestros deberes, en las leyes y derechos. En lo personal contribuyo en la capacitación  en diversas temáticas para que puedan salir adelante; en el CAPS, por ejemplo, somos las mujeres que estamos al frente, quienes hemos trabajado en el mantenimiento del sistema y que procuramos tener en orden el abastecimiento del vital líquido”.

El CAPS La Esperanza, se fundó en 2019, un gran logro para la comunidad, puesto que, por 10 años, pasaron dificultades caminando grandes distancias, montados en caballos, motos, o carretas para lograr acarrear agua a sus hogares. Maritza fue quien decidió empezar con el proyecto de su sistema Mini acueducto por Bombeo Eléctrico, motivada por ver su comunidad próspera y con una dificultad menos enfocada en el recurso hídrico. Actualmente el MABE de La Esperanza abastece a 65 familias, siendo un total de 390 personas que, desde hace un año, se han logrado beneficiar de un proyecto pequeño que inició en manos de una mujer determinada a disminuir las dificultades de los comunitarios.

Torre del CAPS La Esperanza

“Todos me llaman líder comunitaria, y eso se gana, creo que lo dicen porque ven el trabajo y el empeño que tengo, porque el agua era una necesidad de la que carecíamos, entonces la comunidad me seleccionó para representarlos”, señala Maritza, mientras se prepara para emprender una visita al sistema de agua de su comunidad, como lo realiza todos los días luego de las 12:00 pm.

Para una mujer como Maritza, una persona, esforzada y decidida, obtener el progreso comunitario no ha sido sencillo, “Para mí lo más difícil ha sido comprender a todas las personas de la comunidad, hay quienes son egoístas y no contribuyen en el bien común, impidiendo un buen trabajo y el progreso de esta, es una lucha constante porque se refleja el machismo, si ellos no quieren muchas veces no se hace, y ha costado superarlo, pero poco a poco estoy viendo frutos y a pesar de todo logramos hacer un buen trabajo”.

“Mi mamá es una líder en la comunidad, es quien lleva a cabo las actividades comunitarias y es predica que la mujer juega un papel importante en nuestra comunidad, porque antes éramos vistas como un cero a la izquierda, pero hoy todas trabajamos y salimos adelante, gracias a que ella siempre está al frente incentivando nuestro liderazgo”, son las palabras de Yuri Mendoza Chavarría, hija de Maritza quien acompaña a su mamá en todos los proyectos que se llevan a cabo.

Servicio comunitario

“Servir es mi pasión, porque se da lo que se tiene y no lo que te sobra”, manifiesta Maritza con una gran sonrisa en su rostro, capaz de iluminar toda la habitación. El servicio que ella realiza en su día a día, la ha llevado a formar parte de la Junta Directiva dentro de la Cooperativa Mujer Ejemplar por 20 años seguidos.

Petrona Maritza Chavarría, Tesorera de la Junta Directiva de Mujer Ejemplar

“Una persona para poder ser líder tiene que ser social, y esa característica la vemos en Maritza”, comenta Blanca Landero, presidenta de la Cooperativa Mujer Ejemplar y amiga de Maritza desde 2001, “Ella platica con todas las mujeres, las aconseja, ayuda en lo que puede, siempre está dispuesta a ser apoyo de las 37 asociadas de la cooperativa” agrega Blanca orgullosa de su compañera de labores.

Maritza Presentando la rendición de cuenta a la Promotoría de la Mujer ejemplar

“Estar en la comunidad, poder ayudarles y mostrarles el desarrollo a futuro que tendremos, no es un trabajo para mí, es la vida que decidí y me gusta”, refiere Maritza mientras visita a una de las personas usuarias del CAPS La Esperanza.

“Desde hace mucho tiempo, conozco a Maritza, es una mujer que se dedica a su trabajo y lo hace bien, todos la queremos, ella nos ha ayudado y es una buena persona, de todo lo que le hablen, aprende y cualquier cosa que pasa, es ella quien nos avisa de las actividades de la comunidad”, expresó Benita Guido con 75 años de edad y quien conoce a Maritza Chavarría desde que era una niña que corría por toda la comunidad luego del colegio.

“En mí pueden encontrar una amiga, hermana, una madre y una consejera, estoy para lo que pueda, porque sé que a veces es bien difícil sobrellevar algunas situaciones, y es que mientras más obstáculos, más problemas y circunstancias se presenten en la vida, nacen mejores personas de ello”, reflexionó Maritza.

Maritza con miembro del CAPS revisando el sistema de Agua

La comunidad de La Grecia, tiene en su camino un futuro lleno de grandes proyectos, todas y todos esperan que Maritza sea quien realice cambios a nivel social, económico y ambiental dentro de su territorio, se logra observar el gran aprecio que le tienen tanto pequeños como adultos, claro está que bajo el liderazgo de doña Maritza serán las mujeres quienes implementen el progreso comunitario con tan solo demostrar las diversas capacidades que cada una posee.