Referirse a la gobernanza del agua supone una manera de alcanzar el objetivo de desarrollar el país en varios sentidos, promoviendo un sano equilibrio entre el Estado, la sociedad civil y las empresas establecidas en la cuenca.
Como el agua es el elemento esencial para el desarrollo de cualquier actividad, esencial para la naturaleza, para la salud, para la vida, y es recurso cada vez más escaso; a nivel nacional urge una gestión integral y sostenible que solo es posible con una buena gobernanza.
Desde 1990 se habla de gobernanza para referirse a la eficacia, calidad y buena orientación de la intervención del Estado, que proporciona buena parte de su legitimidad a una "nueva forma de gobernar". Esta modalidad se ve más clara en las relaciones que se van construyendo y surgen de las coordinaciones vinculadas a la gestión del recurso hídrico en los municipios pero, ¿Cómo se debe gobernar el agua? ¿Quiénes y cómo participar en la gobernanza del agua?
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Una de las expresiones más evidentes es desarrollada por la municipalidad de Somotillo del departamento de Chinandega. Su alcalde Kenny Espinoza, quien con ese deseo de servir a su comunidad aporta que, “para nosotros ha sido una extraordinaria experiencia, porque a través de la Unidad Municipal del Agua y Saneamiento (UMAS) se ha venido construyendo una estrecha coordinación entre Alcaldía, SIMAS, Living Water, FH y la Federación Luterana, en alianza que fortalecen la Mesa del Agua”.
Esta relación se ha expresado con acciones concretas de inversión para mejorar o establecer sistemas de servicio del agua potable en las comunidades a través de los Comités de Agua y Saneamiento, CAPS.
Estas inversiones, generan muchos beneficios a las comunidades al tener acceso al agua potable de calidad.
Gestión del CAPS y organización comunitaria
“Fueron doña Leoncia Quintero, don Arístides Rivera y don Amílcar Betanco quienes asistieron a los cabildos y reuniones con la Alcaldía como representantes de la comunidad. Sus gestiones consistían en la misión de plantear la situación con respecto al agua y a solicitar el alumbrado eléctrico”, recuerda Néstor de Jesús Gómez Maradiaga presidente del CAPS Sagrado Corazón de Somotillo.
“Cuando aprobaron el financiamiento del agua en el 2008, era necesario formar la directiva porque antes no había nada de comité. Además debíamos cumplir con ciertos requisitos como garantizar y legalizar el terreno en donde se ubicó la perforación del pozo y el lugar ideal para el depósito del agua” comenta Néstor de Jesús.
Como uno de los requisitos mandatados por la Ley 722, indica que se debe formar un comité para poder ser Proveedor de servicio, a Gómez Maradiaga le interesó mucho formar parte de la junta directiva: “La inversión del sistema de agua de la comunidad Las Liras tuvo un costo de U$ 55,038.88 dólares que beneficia a unas 191 personas y tiene una capacidad de caudal de 30 galones por minuto.
La comunidad aportó U$ 7,039.97 dólares, incluye la donación de don Marvin Carrasco del terreno del pozo, la sarta y la caseta de control, más el otro terreno del tanque donado, por quien hoy es la tesorera, Alicia Carrasco Gómez, más la mano de obra del zanjeo. La Alcaldía financió U$ 11, 620.00 dólares y el SIMAS/CFCA U$ 36,378.18, que suman los U$ 55,038.88 dólares” revisa Néstor de Jesús en sus archivos.
Como se puede ver, la gobernanza tiene que ver con la identificación de objetivos y prioridades de la política de la Ley 620, Ley de Aguas Nacionales; debe generar y actualizar conocimientos para su desarrollo e implementación; movilizar recursos humanos, financieros, institucionales, el marco regulatorio y normativo de las políticas públicas; establecer mecanismos de implementación, seguimiento y evaluación, además de desarrollar instrumentos de resolución de conflictos que surgen entre actores con intereses y comprensiones de la realidad diferentes y que pueden causar malos entendidos.