Es esencial reconocer, el derecho fundamental de todo ser humano a tener acceso al agua potable y al saneamiento por un precio accesible. Como no se ha reconocido el valor económico del agua, ha conducido al derroche y mal manejo con sus efectos negativos para el medio ambiente, que se analiza en el Principio 4: El agua tiene un valor económico mayor que todos sus diversos usos. Este es uno de los principios universales sobre la Gestión Integrada del Recurso Hídrico y es parte del contenido del módulos Gestión Integrada de los Recursos Hídricos contemplado en una serie de capacitaciones del proyecto Tecnología para la Gestión Sostenible del Recurso Hídrico, ejecutado por el Servicio de Información Mesoamericano sobre Agricultura Sostenible, SIMAS, con fondos de Cambio para los Niños, CFCA y el gobierno de Canadá, GAC.
“Como comunidad valoramos todo el esfuerzo que ha implicado la entregar un sistema de agua potable, a esta comunidad hace tres años para que lo administre y sostenga en el tiempo”, reflexiona Orfilio Montoya Carranza presidente del CAPS Momentos de Cambio de la comunidad Las Mariitas, Sector Martínez, en el municipio de Somotillo, “Nos hemos asentado con este nombre porque tiene un gran significado como trabajo comunitario, que ha necesitado de juntarnos como hermanas y hermanos por el desarrollo del lugar pero sobre todo cumplir con el derecho humano al agua.
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“Estamos clarísimos que en este proceso, han habido varios estudios para asegurarse si la comunidad tiene capacidad o no de sostener los gastos de mantenimiento, operación y de crear un fondo para hacerle frente a cualquier imprevisto, además de tener capacidad económica cuando el sistema de servicio de agua llegue a caducar. Como demostramos tener cierta capacidad de ingresos económicos, el estudio de factibilidad económica de la población, aseguró que tenemos capacidad de pago por el servicio de un sistema de Mini Acueducto por Bombeo Eléctrico, MABE, pero como no contamos con servicio eléctrico público, así que funciona con paneles solares”, aclara Montoya Carranza.
Este valor económico del agua al que se refiere el Principio 4, también contempla todas aquellas inversiones que van desde los estudios del suelo y del agua llamado hidrogeológico y de la factibilidad del proyecto de servicio de agua, más la perforación del pozo, la legalidad del terreno en donde se excava y en donde se instala el depósito de agua, además del sistema de bombeo con su sarta, el clorinador y la instalación eléctrica, los paneles solares, más todo lo que implica la tubería de conducción del agua al depósito, incluyendo la red de distribución hasta llegar a la toma pública, de patio o domiciliar. Si esta comunidad del Sector Los Martínez no hubiesen podido responder a esta responsabilidad, a duras penas la comunidad contaría con solo un pozo perforado operado con una bomba manual como puesto público de iniciales PPBM.
Estos sistemas de servicio de agua potable están calculado a tener una vida útil de 20 años, a partir de aquí es a la comunidad a quien le toca asumir la renovación del sistema. Este MABE ya no será capaz de responder a una comunidad que ha crecido mucho, en otras comunidades de 20 familias iniciales pasan hasta 80 familias. En estos 20 años la comunidad a través de su Comité de Agua Potable y Saneamiento, CAPS, tiene que haber sido capaz de hacerse de un fondo para asumir esta inversión, además de haber de los gastos de operación y mantenimiento a través de los ingresos del pago del servicio. De aquí la importancia de saber calcular la tarifa del cobro por el servicio.
El CAPS Momentos de Cambio tiene registrado a la fecha a 58 familias usuarias y a 240 personas beneficiarias del servicio y que estiman este privilegio. “Por esto cuando tuvimos problemas con la bomba y el motor, y como nos conducimos con rectitud y transparencia, contábamos con un pequeño fondo porque apenas tenemos tres años de estar instalado este servicio, entonces Amigos por Cristo al vernos en esta dificultad, nos solventó una gran parte de los costos. En total se gastaron 2,500 dólares”, comentó el presidente del CAPS.
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La lección aprendida es que tenemos que generar recursos, saber administrar para mantenernos a flote y constar con un fondo independiente. Estamos recalculando la tarifa porque todas las casas cuentan con su medidor. El mínimo es de 8 metros cúbicos con un valor de 64 córdobas pero el dólar se desliza y los costos de materiales y equipo se elevan. La morosidad es baja y cuando se presenta, aplicamos el reglamento interno. Si se atrasó en un mes, le enviamos el aviso de corte a los dos meses; a los tres o cuatro días se ponen al día.
Nuestro próximo desafío es echar andar el proyecto de alumbrado eléctrico y completar nuestra capacidad de servicio para que a la tercera parte de la comunidad, que nos falta cumplir, le llegue agua todo el tiempo. Como CAPS queremos seguir trabajando por una comunidad digna y que sea modelo en la participación ciudadana y en la organización para gestionar proyectos de desarrollo” finaliza Orfilio Montoya, presidente del CAPS Momentos de Cambio.